martes, 23 de octubre de 2007

Chan-wook Park y la trilogía de la venganza ( I )










Corea del Sur ha experimentado en los últimos años un crecimiento social y económico muy importante. Gracias a todos estos cambios ha podido también florecer una industria del cine muy interesante y relativamente potente.

Entre los directores que han conseguido
labrarse un nombre dentro y fuera de las fronteras de este país asiático esta Chan-wook Park.
Nacido en agosto de 1963, comenzó su carrera en el mundo de la dirección a finales de los 80, pero tuvo que esperar a 1999 para conseguir su primer éxito en critica y taquilla, con
Joint Security Area, un thriller dramático sobre la tensión fronteriza entre Corea del Norte y su vecina del Sur. Fue en este momento cuando su nombre sobresalió y comenzó a tenerse en cuenta en el panorama nacional e internacional. Mas tarde encadenaría tres trabajos sobresalientes con un tema como punto de referencia, la venganza.



Chan-wook Park



A lo largo de la historia del cine,
desde Leone a Tarantino, desde Truffaut a Tony Scott, la venganza, mas o menos "peliculera", ha sido el argumento de muchas películas, algunas de ellas sobresalientes. Chan-wook Park continúa por el camino abierto por algunos de los maestros anteriormente citados, ahondado en los aspectos humanos, viscerales y émpaticos de este sentimiento. Como en una misión de justicia, los personajes - tanto hombre como mujer - inician una búsqueda de la verdad, de la autodestrucción o de la redención, pero siempre por un camino sin retorno.


La trilogía la inicia
Sympathy for Mr. Vengeance (2002), donde Park nos cuenta
la historia de un hombre de negocios que sufre
el secuestro de su pequeña hija a manos de unos hermanos de clase social baja. El secuestro se complica, y no tardaremos en ver el sufrimiento en todos los personajes implicados en el secuestro. Las desesperadas razones del secuestro y el dolor extremo de una padre son las paredes donde durante toda la película rebotan nuestros sentimientos. Sin embargo, el directo encamina nuestra decisión para acabar sintiéndonos identificados con el padre, y justificar así sus pasionales acciones. Cruel y emotiva, así es Sympathy for Mr. Vengeance.