
Corea del Sur ha experimentado en los últimos años un crecimiento social y económico muy importante. Gracias a todos estos cambios ha podido también florecer una industria del cine muy interesante y relativamente potente.
Entre los directores que han conseguido labrarse un nombre dentro y fuera de las fronteras de este país asiático esta Chan-wook Park.
Nacido en agosto de 1963, comenzó su carrera en el mundo de la dirección a finales de los 80, pero tuvo que esperar a 1999 para conseguir su primer éxito en critica y taquilla, con Joint Security Area, un thriller dramático sobre la tensión fronteriza entre Corea del Norte y su vecina del Sur. Fue en este momento cuando su nombre sobresalió y comenzó a tenerse en cuenta en el panorama nacional e internacional. Mas tarde encadenaría tres trabajos sobresalientes con un tema como punto de referencia, la venganza.
A lo largo de la historia del cine, desde Leone a Tarantino, desde Truffaut a Tony Scott, la venganza, mas o menos "peliculera", ha sido el argumento de muchas películas, algunas de ellas sobresalientes. Chan-wook Park continúa por el camino abierto por algunos de los maestros anteriormente citados, ahondado en los aspectos humanos, viscerales y émpaticos de este sentimiento. Como en una misión de justicia, los personajes - tanto hombre como mujer - inician una búsqueda de la verdad, de la autodestrucción o de la redención, pero siempre por un camino sin retorno.

la historia de un hombre de negocios que sufre el secuestro de su pequeña hija a manos de unos hermanos de clase social baja. El secuestro se complica, y no tardaremos en ver el sufrimiento en todos los personajes implicados en el secuestro. Las desesperadas razones del secuestro y el dolor extremo de una padre son las paredes donde durante toda la película rebotan nuestros sentimientos. Sin embargo, el directo encamina nuestra decisión para acabar sintiéndonos identificados con el padre, y justificar así sus pasionales acciones. Cruel y emotiva, así es Sympathy for Mr. Vengeance.